Discurso del Dr. Rath
Hemos llegado al final de esta
velada. Me gustaría terminar con algunas palabras que salen de mi corazón. A
través de este evento en Berlín, hago un llamamiento al pueblo de Alemania para
que dé un paso al frente y asuma responsabilidades. Ya ha ocurrido dos veces en
nuestra historia que nuestro país ha permitido que los intereses comerciales lo
esclavizaran, cuando el objetivo declarado de esos intereses era conquistar
Europa y el mundo por la fuerza. Dos veces en nuestra historia, impulsados por
la avaricia insaciable del Cártel de la Industria Química y Farmacéutica y de
las ansias de poder de sus secuaces políticos, estos ocasionaron desde Alemania
un gran sufrimiento en Europa y en el Mundo. Mi abuelo luchó en Italia en la
Primera Guerra Mundial, el primer intento del cártel químico y farmacéutico de
conquista militar del mundo. Los planes de este cártel para ejercer un dominio
económico del mundo fueron inteligentemente ocultados tras la fachada de
lealtad al Káiser un nacionalismo patriotero y la polémica sobre “un lugar bajo
el sol”. Durante la segunda guerra mundial, mi padre lucho en Francia, Rusia y
el norte de África. En aquel momento, el Káiser había sido sustituido por
Adolfo Hitler, como la nueva marioneta política del cártel. Tanto mi padre como
mi abuelo se negaron hablar de la guerra con nosotros, ya que ambos habían
vivido y sufrido años bajo este terror. Hoy,
para mí, lo peor de todo es que ni mi padre ni mi abuelo hasta su última
hora de vida supieron que fueron engañados y usados por los mismos intereses
comerciales que intentaron conquistar con medios militares el mundo. Es por
este motivo que me encuentro aquí, delante de ustedes, esta noche.
Nosotros, los ciudadanos de
Alemania, tenemos ahora una oportunidad única para mostrar a los ciudadanos de
Europa y del mundo que hemos aprendido las lecciones de la historia. Ya no
seguiremos permitiendo que los intereses financieros nos engañen y abusen de
nosotros, ni tampoco permaneceremos indiferentes ante el intento de conseguir
su objetivo de someter comercial y políticamente a naciones enteras sacrificando
millones de vidas humanas.
Desde aquí, envío un mensaje a la
Sra. Merkel y a todo su gabinete: ya no puede seguir engañando al pueblo de
Alemania y a Europa con consignas del tipo “Si el euro se desmorona, Europa
entera se desmorona con él”. Le queremos decir a usted, Sra. Merkel y al Sr.
Sarkozy, así como a todas las demás marionetas del cártel, que esta Europa
moderna que están intentando que nos traguemos huele a podrido. Huele a rancio,
ya que ha estado merodeando en los cajones de la era del viejo Káiser y la era
nazi, cuando la primera vez los cárteles químico y farmacéutico concibieron los
planes inhumanos para someter a Europa. También podemos ver que el camino hacia
su Europa modélica, Sra. Merkel, está pavimentado con los cadáveres de casi 100
millones de víctimas de dos guerras mundiales, asesinadas durante los
anteriores intentos del cártel, en colaboración con sus predecesores en la
Cancillería alemana, de dominar Europa y el mundo.
En nombre de millones de personas
de toda Europa le decimos, aquí, a unos pocos cientos de metros de su
Cancillería: nunca más una Europa que someta a su población durante
generaciones, abusando de ellos para los intereses financieros de las
multinacionales. ¡Nunca!
¡Instamos a los europeos a que
reconstruyan con nosotros una Europa democrática para las personas y por las
personas!
A usted Sra. Merkel, y a otras
marionetas políticas del cártel les queremos
decir: ¡No necesitamos de su euro!
Esta divisa solamente cumple una
función: encadenar a millones de europeos como esclavos a su dictadura
económica. A todos los países, incluidas las poblaciones de Grecia, Italia,
España Portugal e Irlanda, a quienes los comisarios del cártel amenazan
con la bancarrota si no someten a sus
naciones a las imposiciones de Bruselas, les queremos decir: no permitan que
les presionen. Los políticos que les están haciendo esto a ustedes son
marionetas de la fraudulenta y multimillonaria “industria farmacéutica que
negocia con la enfermedad” y que ha estado alimentándose de su país durante
décadas hasta secarlo y que es la primera causa de la crisis financiera. A
ustedes les queremos decir: rompan las cadenas esclavizantes del euro en sus
países. Reintroduzcan sus propias divisas nacionales. A las personas que viven
en países que aún no han introducido el euro les decimos:¡Mantengan sus monedas
nacionales porque, si no lo hacen, esclavizaran a su país durante las próximas
generaciones!
No será posible reparar
inmediatamente el daño financiero y social causado en su país por el cártel
químico farmacéutico y su Politburó de Bruselas. Pero con su moneda nacional,
al menos, tendrán la oportunidad de conservar la independencia de su país y la
dignidad de sus habitantes por sus propios medios. Cada día que sigan permitiendo que los
comisarios de Bruselas les chantajeen, se convierte en un obstáculo y caminan
hacia la independencia, la recuperación financiera y la paz social para su país
y para sus hijos. Los habitantes de Berlín, Alemania y Europa han despertado y
ahora reconocen que la UE de Bruselas no es otra cosa que el tercer intento,
por parte del cartel químico y farmacéutico, de someter a toda Europa y de
imponer la dictadura financiera sobre ella.
A todas las partes representadas
en el parlamento de la UE de Bruselas, en Alemania la CDU, el SPD, el FDP, los Verdes y la izquierda, les digo que
seguir apoyando el desarrollo de la dictadura de Bruselas, seguir apoyando la
transferencia de áreas financieras decisivas de la jurisdicción financiera y de
otros derechos nacionales al “Politburó de comisarios de Bruselas” del cártel,
que ostentan el cargo sin haber pasado por un proceso de elecciones y que no
puede ser despedidos mediante voto democrático, es equivalente a un suicidio
político. ¡Los europeos no tolerarán su ataque, Sra. Merkel, ni el de los demás
secuaces del Politburó del cártel, durante siglos ganamos derechos democráticos a pulso!
Hago un llamamiento a los
habitantes de Berlín para decirles: ya son dos las veces que esta ciudad, a lo
largo de la historia, ha causado un sufrimiento inenarrable a todos los
europeos y al mundo. Esta tarde, quienes toman las decisiones políticas en la
Cancillería de Berlín y en el Parlamento deben oír nuestra voz: ¡Nunca más! ¡No
con nuestro apoyo!
Instamos a los europeos a que
nunca crean a ningún político que les prometa liberarles de las presiones
económicas sometiéndoles a las condiciones impuestas por la Comisión Europea de
Bruselas. Nunca crean que ello les permitirá conservar la dignidad de su país e
iniciar la recuperación financiera. Lo
que ocurrirá es exactamente lo contrario. Cuando los agentes políticos del
cártel de Bruselas y los de sus propias capitales hablan de democracia, lo que
quieren decir, realmente, es dictadura. Cuando hablan de prosperidad, no se
refieren a la prosperidad general, sino a los beneficios del cártel químico,
farmacéutico y petrolífero y los bancos. Y cuando hablan de salvaguardar la paz
en Europa, están planeando cómo consolidar su objetivo de dominar el mundo por
medio de incursiones militares en varios continentes.
Ahora que los planes fraudulentos
del cártel farmacéutico se han revelado para que todos los vean, es sólo
cuestión de tiempo antes de que los
ciudadanos de todo el mundo responsabilicen al cártel químico y farmacéutico y
a sus agentes. Los representantes del statu quo, en otras palabras, los grupos
que gobiernan los intereses económicos y políticos, saben todo esto y, por
supuesto, tienen miedo. Y este miedo les hace muy volátiles y peligrosos. Y es
por este motivo que tenemos otro punto importante por tratar. La historia de la
transición desde el Medievo hasta la Edad Moderna nos ha enseñado que las
clases gobernantes no se muestran reacios a arrastrar continentes enteros al
abismo cuando su poder está amenazado.
Hace 400 años, los reyes y
barones, preocupados por sus privilegios feudales, arrastraron a toda Europa a
una guerra que duró 30 años, en un intento desesperado por conservar su dominio
medieval y las sinecuras asociadas a él. Todo esto fue en vano. El mundo ha
decidido pasar de las condiciones inhumanas de los tiempos medievales a la edad
moderna, del mismo modo, sería muy erróneo por parte de los círculos de
inversión de la industria química y farmacéutica y sus agentes políticos pensar
que si empiezan una conflagración en algún lugar del globo, por ejemplo una
guerra atómica, podrán retrasar su propia caída.
A Sarkozy y a los demás políticos
que están amenazando abiertamente con un primer ataque nuclear les queremos
decir que: el plan de perpetuar el dominio del cártel en nuestro planeta
embarcándonos en una tercera guerra mundial ya no es, de ahora en adelante, una
opción. Sus motivos y planes son evidentes para todos y, por tanto, ya no se pueden llevar a cabo. A los
franceses les queremos decir: si elegís a Sarkozy en las próximas elecciones
francesas, estaréis eligiendo a un político que, con o sin guerra atómica,
trabajará por los intereses del cártel químico y farmacéutico mediante la
fuerza de las armas.
¡Si elegís a Sarkozy estaréis
votando para que haya una guerra!
Y si habláis en defensa de
Sarkozy, como lo está haciendo la Canciller alemana Ángela Merkel, tendréis
parte de responsabilidad en esta guerra. Es por esto que, a la vista de las
elecciones parlamentarias alemanas del próximo año, hago un llamamiento a los
alemanes para que no elijan ser cómplices de belicismo. En la actualidad, el
mundo está volviendo sus ojos con ansiedad hacia un Cercano Oriente. Muchos
políticos apuntan al programa atómico de Irán como desencadenante de esta
crisis. Sin embargo, casi nadie habla de Benjamín Netanyahu, que no sólo es el
Primer Ministro de Israel sino también el ministro de sanidad del país y, por tanto, responsable de todo el presupuesto
farmacéutico nacional y tiene un vínculo muy estrecho con la multimillonaria
industria farmacéutica. Aquí también hay un vínculo peligroso en manos de un
solo político entre un negocio de inversión farmacéutica que lucha por
sobrevivir y la orden de lanzar misiles
nucleares.
No es cuestión de tomar parte.
Estoy planteando el tema aquí porque es otro ejemplo en el que nuestra reunión
de esta noche podemos dificultar o incluso imposibilitar que se lance un primer
ataque nuclear. Tenemos que hablar abiertamente sobre estas cuestiones, porque
si no lo hacemos, las fuerzas implicadas sin duda utilizarán cualquier medio
que tengan a disposición para intentar torpedear la oportunidad que tenemos de
liberar a la humanidad del cáncer y de otras enfermedades endémicas. La tarea
que tenemos por delante de liberarnos de estas enfermedades endémicas requiere
un compromiso total por nuestra parte. No podemos permitir que nos distraigan
poderes que desean continuar sometiendo al cuerpo humano a esta industria
multimillonaria.
Seamos claros: esos poderes no
tienen posibilidades de sobrevivir porque no hay moralidad, ni ética, ni
credibilidad en ellos. Para nosotros se trata de una cuestión de terminar con
la gran epidemia de enfermedades endémicas. Tenemos que desarrollar un sistema
sanitario centrado en la prevención y la erradicación de enfermedades a
nivel mundial.
¡Estando ustedes en Berlín esta
tarde, hago un llamamiento a todos los ciudadanos de Alemania, de Europa y del
mundo entero para que nos ayuden en esta tarea histórica!
Nuestros objetivos están
claramente definidos: Estamos resueltos a salvar millones de vidas humanas del cáncer y otras
enfermedades que se pueden prevenir en
gran medida. Estamos decididos a terminar con el multimillonario y fraudulento
negocio multimillonario que se ha levantado con la enfermedad y que prospera
perpetuando y aumentando las enfermedades a través de los mercados de venta de
fármacos patentables. Queremos utilizar los medios financieros que pondrán a
disposición cuando todo esto tenga lugar, miles de millones de euros sólo en
los próximos años, para resolver los problemas más acuciantes de la humanidad.
Entre estos problemas se encuentran el
hambre, las epidemias de enfermedades, el analfabetismo, el desempleo masivo,
la protección al medio ambiente y otros desafíos globales.
Estamos resueltos a poder mirar a
nuestros hijos y nietos a la cara y decirles:”Cuando reconocimos todo el
fraudulento negocio farmacéutico con la enfermedad”, emprendimos acciones. La
indiferencia ya no era una opción válida para nosotros. Emprendimos acciones
para que vosotros, la siguiente generación, pudiera heredar un mundo sano,
pacífico y justo.
Como el científico que pudo
contribuir decisivamente para terminar con la epidemia de cáncer, también
quiero deciros que: la erradicación de la epidemia de cáncer es sólo el
principio.los hallazgos de la investigación realizada en los remedios naturales
descubiertos por medios científicos demuestran que su aplicación médica
reducirá numerosas enfermedades endémicas a sólo una parte de su nivel actual.
Entre estas enfermedades se encuentran: el endurecimiento de las arterias, o
arterioesclerosis, con sus amplias complicaciones que pueden llegar al ataque
al corazón o al derrame cerebral, la
hipotensión, las deficiencias coronarias, la diabetes, la osteoporosis, el
asma, las alergias, la artritis, las enfermedades de inmunodeficiencia y las
enfermedades endémicas como el Alzheimer, el Parkinson y la demencia. Aplicando
el conocimiento ya disponible, los avances médicos pueden ser una realidad en
la década actual, garantizando salud y vida a millones de personas y ayudando a
ahorrar miles de millones de euros en costes sanitarios.
Sin embargo, este mundo sin
enfermedades tan deseable no se nos va a servir en bandeja de plata dado que cada
una de estas enfermedades es un mercado de miles de millones de dólares.
¡Sí queremos que este mundo para
nosotros y para nuestros hijos, debemos actuar ya!
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