martes, 1 de diciembre de 2015

INFORME DEL CMP



Informe Político de Socorro Gomes
 Presidente del Consejo Mundial por la Paz


Estimados compañeros y compañeras:

Nos encontramos aquí en un año lleno de retos y amenazas a los pueblos del mundo, a la seguridad y la paz internacional. El imperialismo siempre se supera. Desde los últimos graves acontecimientos, como hemos visto en Beirut, Malí, Libia, Yemen, Nigeria y París, impone la opresión y la guerra, pero los pueblos siguen demostrando su compromiso con la resistencia y la lucha. Por lo tanto, nuestras reuniones son marcadas por un fuerte compromiso y la evaluación crítica del contexto en el que vivimos y los caminos que seguimos.

Queremos, en primer lugar, agradecer muy sinceramente al Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos, MovPaz, por la organización de nuestras reuniones. Los esfuerzos son extremadamente importantes y simbólicos para que nos encontremos aquí en la isla revolucionaria y expresemos nuestra solidaridad con el pueblo cubano, por mantener y profundizar su lucha por el socialismo.

Nuestra participación en el Seminario Internacional por la Paz y la Abolición de las Bases Militares Extranjeras demuestra la persistencia de cuestiones de este tipo en el orden del día del Consejo Mundial de la Paz. Guantánamo todavía está ocupada por los EE.UU. en su afrenta perniciosa a la soberanía del pueblo cubano, como a la mayoría de los países de América Latina y muchos otros en todo el mundo.

Las victorias cubanas se acumulan y la solidaridad con este pueblo valiente se renueva y se intensifica. La liberación de los cinco héroes cubanos y la reanudación de las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos son pasos importantes en esta nueva etapa. Seguimos comprometidos, sin embargo, por exigir el fin del criminal bloqueo a la isla revolucionaria y la retirada inmediata de la base militar estadounidense de Guantánamo.

El año 2015 trae ocasiones fundamentales para la reflexión y evaluación del curso de esta historia que nos une contra la guerra y el imperialismo. Celebrando la gran victoria del pueblo contra el nazi-fascismo, recordamos a las víctimas de los horrendos crímenes contra la humanidad con el bombardeo atómico estadounidense a Japón, marcamos el camino determinado del Consejo Mundial de la Paz en sus 65 años de lucha comprometida, evaluamos el 70 aniversario de las Naciones Unidas y el rol que aún debe cumplir como instrumento de los pueblos y naciones soberanas en la defensa de la paz mundial y el derecho internacional; denunciamos la supervivencia nefasta y el crecimiento desproporcionado de la máquina de guerra imperialista, la OTAN, y reiteramos nuestra demanda por la inmediata abolición de las armas nucleares, reafirmamos el Llamamiento de Estocolmo, entre otras cuestiones centrales de nuestra agenda.

El Consejo Mundial de la Paz acoge con alegría el izar de la bandera palestina delante de la sede de la ONU mientras ve con profunda preocupación y condena la escalada de violencia en acciones cada vez más brutales de la ocupación sionista en los territorios palestinos. La repetición de este ciclo vicioso fatal e inaceptable se debe a la persistente impunidad del gobierno sionista por sus crímenes de guerra, cometidos diariamente contra el pueblo palestino valientes, y a la alianza de los Estados Unidos, com su apoyo a un régimen de opresión y amenaza contra los pueblos de la región y el monopolio de un "proceso de paz" falso que hace dos décadas arraiga la ocupación.

El Medio Oriente está sumergido en el caos creado por la política imperialista de injerencia, "guerras por procuración" y el impulso a la miríada de grupos armados y terroristas que asolan la región. La guerra en Siria entra en su quinto año, con más de 240.000 muertos y millones de refugiados que tratan de escapar de la violencia en países vecinos o en los cruces inhumanos a Europa y al resto del mundo. Llegan a su destino después de haber perdido familiares en el camino, para hacer frente a la xenofobia de las políticas de los países directamente responsables de su condición insegura, a merced de la militarización impuesta por estos poderes.

Los refugiados que van a Europa en busca de refugio reciben tratamiento a menudo inhumano tras sus cruces clandestinos inseguros. Sólo de enero a octubre de 2015, más de tres mil personas perdieron la vida, mientras que las tecnocracias discuten los números y los límites de su "buena voluntad" hacia los desterrados. Esta es una tendencia, sin embargo. Desde 2000, según la Organización Internacional para las Migraciones, más de 22.000 personas han muerto tratando de llegar a Europa y miles más han muerto intentando cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Esto también incluye a los inmigrantes que huyen de la pobreza extrema, especialmente en África, víctimas de las políticas neo-colonialistas de las grandes potencias, ya sea a través de la guerra en Libia, Malí, República Democrática del Congo y la República Centroafricana, ya sea a través de relaciones la explotación imperialista. El pueblo africano sigue avanzando en su lucha por la dignidad humana, pero el continente sigue siendo el escenario de retos inimaginables para superar la guerra, en la que las potencias tienen papel central y destructivo.

La condición de muchos yemeníes, iraquíes, kurdos, afganos, libaneses, palestinos y sirios es también es el resultado de la búsqueda por la construcción del"nuevo Oriente Medio", mediante la instalación de régimenes aliados al imperialismo, en una región rica y diversa política y culturalmente, también estratégica en términos de recursos energéticos, tal como la conocemos. El terrorismo hace allí y también entre los musulmanes las principales víctimas, pero las respuestas islamófobas se han institucionalizado en los centros de poder.

Lamentamos profundamente ataques como los perpetrados en París hace pocos días y nos solidarizamos de la forma más sincera con el pueblo francés en su dolor. El terrorismo es un método cruel, injusto y brutal ya que sus destinatarios principales son personas inocentes. Aún así, la ola selectiva de solidaridad en el mundo fue reveladora, mientras que otro atentado en Beirut también mató a decenas de personas, sobre el que poco o nada se informó. La guerra ya se supone "normalizada" para algunos, así como la muerte y la violencia, y eso es inaceptable. Todos los pueblos quieren la paz.

Además, como las respuestas del gobierno francés y su papel en el conflicto en Siria han demostrado, la lucha contra los grupos terroristas – muchos brotados por el imperio – es instrumentalizada para el ataque a los derechos democráticos de sus propios ciudadanos o de inmigrantes en el país, o incluso para justificar bombardeos criminales con prontitud ordenados por François Hollande, supuestamente contra objetivos del "Estado islámico" en Siria, sin el permiso del gobierno sirio. Al mismo tiempo, la reunión en Austria, aunque haya incluido a un actor regional importante como Irán, propuso discutir el futuro del pueblo sirio sin la presencia del gobierno electo. Las potencias imperialistas insisten en eliminar un actor central para continuar violando flagrantemente la soberanía siria.

También seguimos con preocupación la provocación de los Estados Unidos en el Mar del Sur de China, donde la disputa territorial regional debe ser resuelta mediante el diálogo entre las partes interesadas. Los Estados Unidos insisten en tratar de controlar la situación a través de sus aliados regionales, en particular Japón, que impulsó la enmienda constitucional para aumentar su sector militar en contra de la voluntad del pueblo. Una vez más, el imperio actúa por la desestabilización regional.

Esto también sigue siendo el caso en Europa del Este desde el golpe de Estado fascista en Ucrania y la propagación de la presencia militar de la OTAN en la vecindad de Rusia. En contra de este tipo de actividad, especialmente, el Consejo Mundial de la Paz y sus miembros deben reforzar sus acciones por la disolución inmediata de una máquina mortal y anacrónica de guerra. Las importantes iniciativas del Consejo Portugués para la Paz y la Cooperación, el Intal y el Consejo de la Paz de Estados Unidos deben ser reforzadas por el CMP y difundidas sistemáticamente, teniendo un lugar merecido en nuestras prioridades. Las acciones con las masas y la lucha coordinada por la disolución de la OTAN son instrumentales y, ciertamente, pueden movilizar a la población.

Como sabemos, la OTAN nació como una alianza agresiva, pero su supervivencia hoy es insostenible y pretende hostigar a los pueblos. Su gasto militar es un directo saquear de los recursos de su propio pueblo para sostener la amenaza contra otros pueblos del mundo. En 2010, cuando se enfrentaban a una crisis internacional devastadora que puso a millones de personas en el desempleo e incluso la pobreza, atacando los derechos sociales de los trabajadores, mientras beneficiaban a la banca mundial, los estados miembros de la OTAN gastaron 3.3% de su Producto Interno Bruto (PIB) combinado, $ 1.1 billones [trillion, en inglés] de dólares, y el 1,1% de su fuerza de trabajo en la guerra.

En 2014, según el Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (SIPRI), el 34% del gasto en el sector militar del mundo era de los EE.UU., casi tres veces más que el segundo mayor gasto, China, con 12%. La decisión de 2006 entre miembros de la OTAN, el compromiso del 2% del PIB de cada país para esta máquina de guerra, indica un orden militarizado, la amenaza de la guerra y la desviación de los recursos de los pueblos a la violencia. Los miembros europeos de la OTAN gastaron ese año $ 250 mil millones a costa de los derechos económicos y sociales alcanzados trasmucha lucha por su pueblo. Por consiguiente, reafirmamos que la lucha contra la militarización del planeta y el desmantelamiento de la OTAN son temas centrales para el Consejo Mundial de la Paz, y debemos mantenerlos junto a los temas más caros para nosotros.

La movilización contra las maniobras militares de la OTAN en Portugal, Italia y España fueron cruciales para llamar la atención del público. El movimiento de armas pesadas, buques de guerra, miles de soldados e incluso armas nucleares fue una afrenta a los pueblos en un ejercicio odioso de demostración de fuerza para mantener al mundo amenazado y "disuadido"de desafiar la hegemonía del imperio.

En su informe anual correspondiente a 2014, el nuevo Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, renovó el tono en el fortalecimiento de la alianza frente"amenazas a la seguridad" para justificar su brutalidad. En septiembre de 2014, la OTAN definió el "Plan de Acción de Prontitud” que, según Stoltenberg, es el "más significativo fortalecimiento de la defensa colectiva de la OTAN desde el fin de la Guerra Fría", además de los planes por alianzas con países fuera del bloque. Para ello, la OTAN debe adaptar su "postura militar estratégica"y aumentar la Fuerza de Reacción – una fuerza multinacional – para incluir respuesta casi inmediata "a la periferia del territorio de la OTAN". Esta fue la fuerza probada en maniobras en Portugal , Italia y España.

La gira belicosa de OTAN sigue movilizando contra el "extremismo" en el Medio Oriente y para provocar a Rusia en su própria vecindad, manteniendo Ucrania y Montenegro, entre otros, bajo su radar. Durante su visita a Montenegro, el 14 de octubre, Stoltenberg evaluó las reformas en el país como "esenciales" a la candidatura de adhesión a la alianza belicista, pero instó al gobierno a "consolidar el apoyo público" para ese paso. Las protestas brutalmente reprimidas pocos días despúes en las calles de la capital de Montenegro, sin embargo, demostraron que el camino tomado estaba lejos de ser consensuado con la población del país.

Compañeros,

El Consejo Mundial de la Paz reafirma, en creciente tono de alarma: hay que seguir determinados en la demanda por la abolición inmediata y completa de las armas nucleares, por el fin al chantaje de la lógica de amenaza a toda la humanidad. El Llamamiento de Estocolmo sigue actual. Las negociaciones deliberadamente inocuas y morosas entre las potencias nucleares en la conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación (TNP) de este año, que terminó en vacío sobre todo por la posición de Israel y Estados Unidos, han dejado claro el descompromiso de estas potenciascon el desarme nuclear y la paz.

Además, no se olvidará jamás a los sobrevivientes de los bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki, hace 70 años perpetrados por los Estados Unidos y que se mantienen en la impunidad por los terribles crímenes contra la humanidad, tras inaugurar el uso de estas armas de destrucción masiva. Del mismo modo, reafirmamos la solidaridad con las luchas de las Islas Marshall y otros lugares afectados por los ensayos nucleares realizados por los poderes y con el pueblo de Vietnam. Exigimos el reconocimiento de las responsabilidades de los Estados Unidos por el uso del Agente Naranja contra la población civil vietnamita, aún haciendo frente a las horribles consecuencias de esta arma química. Por lo tanto, el desarme mundial es inherente a la construcción de la paz, de la cooperación internacional y del sistema de la solidaridad, la justicia y la humanidad.

Las bases militares extranjeras también siguen siendo centrales en nuestra denuncia diaria del imperialismo y del ataque frontal a la soberanía nacional. Debemos fortalecer nuestra lucha por su abolición, ya que son expresiones de un orden internacional de dominación y amenaza. Nos levantamos determinados contra esta lógica belicosa y agresiva.

Para ello, abogamos por el fortalecimiento de las estructuras esenciales a nuestra lucha, tanto por la unidad de los movimientos antiimperialistas de los que somos parte, como por la reforma crucial y urgente de la ONU. Si esto no se cumple, la ONU se arriesga a convertirse cada vez más ilegítimo a los ojos de los pueblos. Su instrumentalización por el imperio, que tiene el monopolio del uso de la fuerza y la coacción a través del Consejo de Seguridad, arriesga la construcción y la consolidación de un sistema de la paz, la justicia y la cooperación. Por lo tanto, la ONU necesita introducir más democracia y representación, con compromisos reales con los principios de la Carta de las Naciones Unidas, tan caros a nosotros.

Un ejemplo de los compromisos históricos aún por cumplirse, entre muchos, es el proceso de descolonización del mundo. Cuando de la creación de la ONU, los movimientos de liberación nacional ganaron fuerza en sus luchas por independencia. La soberanía, la autodeterminación, los derechos humanos y la justicia parecían definir el futuro del mundo después de la guerra, cuando avançaríamos garantizados por una estructura basada en estos compromisos. Sin embargo, en nuestra agenda siguen las lucha contra esta forma retrógrada de dominación que es el colonialismo y la ocupación. Este es el caso del Sáhara Occidental, Palestina, Puerto Rico, Guayana Francesa, Islas Malvinas y muchos otros. Nos sumamos a estes pueblos en su heroica lucha de resistencia contra la dominación.

Compañeros y compañeras,

Al celebrar la gran victoria del pueblo contra el nazi-fascismo en la Segunda Guerra Mundial, con la movilización importante por el 70 aniversario de la Victoria, honramos la resistencia valiente en la defensa de la humanidad. Por lo tanto, denunciamos con profunda preocupación el resurgimiento de fuerzas fascistas que avanzan contra los movimientos progresistas de todo el mundo, incluso en Europa.

Aliadas a la política ofensiva y represiva de la derecha en Europa y en América Latina, con el pretexto de la lucha contra las crisis políticas o económicas, están las entidades que se presentan como democráticas y liberales, pero revelan sus rostros autoritarios en el ataque decisivo contra los trabajadores y trabajadores.

Así mismo, en un contexto global marcado por la escalada de la guerra y la agresión contra la soberanía de las naciones, América Latina está siendo atacada por las fuerzas conservadoras que buscan revertir las victorias de integración democrática, soberana, de solidaridad y la búsqueda de la región por consolidarse como una zona de paz. Esta es una ofensiva no puede ser subestimada, y el rol del imperialismo no puede ser ignorado.

Por lo tanto, el Consejo Mundial de la Paz reafirma su compromiso de defender la Revolución Bolivariana en Venezuela y nuestra solidaridad inquebrantable. La Venzuela Bolivariana también se ha convertido en una bandera de lucha de todos los pueblos de América Latina y una referencia a la lucha anti-imperialista.

También así hay que destacarse el desarrollo de un proceso complejo y tortuoso, las negociaciones de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno colombiano. La paz en Colombia es una de las principales demandas de los movimientos sociales populares, democráticos, patrióticos y antiimperialistas en América Latina, entre ellos el de las FARC. Si materializada, será una victoria de estas fuerzas y una derrota de los militaristas, fascistas, paramilitares, narcotraficantes y otros agentes del imperialismo en Colombia y América Latina.

Amigos,

Nos enfrentamos a retos y tareas importantes. El próximo año, celebraremos la Asamblea del Consejo Mundial de la Paz. Su preparación es también un momento de reflexión, lucha y renovados esfuerzos de las fuerzas democráticas y amantes de la paz en todo el mundo. Tenemos banderas fundamentales para fortalecer y ampliar, como la campaña por el desmantelamiento de las bases militares extranjeras, la abolición de las armas nucleares, la disolución de la OTAN, entre otros, y más que nunca, la solidaridad es esencial con los pueblos en resistencia, de Puerto Rico, Palestina, el Sahara Occidental, Palestina, Siria e Irak.

La urgencia de estas luchas también nos lleva a la urgencia de fortalecer el CMP hasta nuestra próxima reunión. Esperamos todos en Brasil con gran alegría y entusiasmo, seguros de que nuestro trabajo conjunto fortalecerá nuestras luchas contra la opresión, la guerra y el imperialismo y por la paz entre todos los pueblos.

Muchas gracias,
Socorro Gomes

No hay comentarios:

Publicar un comentario